"mudanzas"

Ahora que estuve desempolvando mis cosas por todo lo de la mudanza, releeí muchas cosas impresas que tengo en un folder. En realidad ese folder me ha acompañado durante muchos años: hay impresiones de cuando tenía 18, es algo asi como un diario de todas aquellas cosas que alguna vez me interesaron o que escribí, y la verdad volverlo a leer siempre me deja cosas buenas. Hay de todo un poco, desde wicca, pasando por ejercicios y recetas de cocina, escritos propios y poemas hasta reflexiones y chistes... Hoy empiezo una serie de re-visión de todas estos textos, incluyendo lo que yo escribí en aquella época.

En realidad este poema que a continuación transcribo no está en ese folder, pero al leer todas esas hojas recordé que cuando acababa de entrar a la universidad, mi maestro de expresión literaria nos habló mucho de Jaime Sabines, y terminó fascinandome con su forma simple y bella de expresar mucho con tan poquito. Este es uno de mis poemas favoritos de él, ojala que les guste también.

La Luna

La luna se puede tomar a cucharas
ó como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto para la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y una gota de luna en los ojos de los ancianos
ayudan bien a morir.

Pon una hoja tierna de luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave a la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados de la vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

Autor: Jaime Sabines
México, Chiapas, 1925